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TRATAMIENTOS COMPLEMENTARIOS:

Los tratamientos complementarios son una opción más para tratar la endometriosis. Existen diferentes terapias que, al igual que la medicina convencional, no curan la enfermedad, pero sí pueden llegar a mejorar sus síntomas.

Esta clase de procedimientos a menudo se ven envueltos en la polémica de verificar si son realmente eficaces pero, a pesar de sus detractores, lo cierto es que existen testimonios de profesionales de la salud que las apoyan como complemento a la medicina convencional y pacientes que ven mejorar considerablemente su calidad de vida gracias a ellos. Muchos están, además, basados en técnicas tradicionales que han sido utilizadas por algunas culturas durante siglos.

También hay que añadir que, dentro de estas alternativas, existen estudios que no dejan del todo claro el beneficio de algunos compuestos (como algunos nutrientes, suplementos, plantas medicinales, etc) o técnicas para tratar la endometriosis, aunque en la actualidad hay un aumento de investigaciones y estudios científicos al respecto.

En la parte inferior de esta sección, también incluiremos dos elementos esenciales para conseguir unos habitos de vida saludables, muy importantes si padeces endometriosis, como son la nutrición y el ejercicio. Todos ellos pueden llegar a mejorar la calidad de vida de las afectadas de endometriosis y equilibrar su salud física, mental y espiritual.

Entre los tratamientos complementarios más utilizados para tratar esta patología existen:

  • Fisioterapia: es el conjunto de técnicas no farmacológicas que mediante la aplicación de agentes físicos curan, previenen, recuperan y rehabilitan el organismo. Se utilizan para tratar síntomas de múltiples dolencias, tanto agudas como crónicas, por medio del ejercicio terapéutico, técnicas manuales, calor, frío, masaje o electricidad, entre otras. En el tratamiento de la endometriosis tiene un papel muy amplio, pues trata los divesos problemas que la enfermedad conlleva, como son el dolor pélvico crónico, la dispareunia, el síndrome miosfascial del suelo pélvico, el atrapamiento del nervio pudendo, síndrome adherencial, dolor en la parte baja de la espalda y los miembros inferiores, la vulvodinia o el dolor crónico postquirúrgico, entre otros. Hay que destacar la rehabilitación del suelo pélvico, zona que suele verse contracturada en pacientes con dolor pélvico crónico, muy común en endometriosis.

    • Tecarterapia: técnica que aplica la energía electromagnética de alta frecuencia para generar calor en los tejidos del cuerpo. En endometriosis ayuda a aliviar síntomas como el dolor y la inflamación, regula el metabolismo y mejora la movilidad y tono muscular de la pelvis.

    • Magnetoterapia: es la terapia mediante campos electromagnéticos, a través de imanes permanentes o electroimanes. Al tratar la endometriosis tiene una acción analgésica, respalda la reducción del foco y mejora la inmunidad. Consulte con su médico especialista la conveniencia de usar magnetoterapia en su caso.

    • Termoterapia y Crioterapia: utilizan el calor y el frío, respectivamente, de forma terapeútica. A menudo se recomienda que ambos se alternen cuando se sufre endometriosis, ya que el calor ejerce un efecto analgésico (durante al menos 15 minutos de comenzar su aplicación) rebajando el dolor y el frío resulta efectivo para rebajar la inflamación. Lo más recomendable es consultar a profesionales y realizar lo más conveniente de forma individualizada.

  • La medicina tradicional china: es un conjunto de prácticas médicas desarrolladas en China a lo largo de milenios. Se basa en el concepto de chi (o energía vital) equilibrado, que se cree que recorre el cuerpo de la persona. Quienes practican esta medicina proponen que el chi regula el equilibrio espiritual, emocional, mental y físico y está afectado por las fuerzas opuestas del yin («energía» negativa) y el yang («energía» positiva). Según la medicina china tradicional, la enfermedad ocurre cuando se altera el flujo del chi y se produce un desequilibrio del yin y el yang. Los componentes de este tipo de medicina comprenden fitoterapia y dietoterapia, ejercicios físicos, meditación, acupuntura y masajes reparadores. En el caso de la endometriosis, ayuda a acelerar la circulación de la sangre en la cavidad pélvica, mejora el sistema inmune y ayuda a calmar sus síntomas.

    • Acupuntura: restaura y mantiene la salud por medio de la inserción de finas agujas en puntos determinados que se encuentran debajo de la piel. Estos puntos tienen localizaciones concretas y conectan los canales de energía y los órganos internos, formando un complejo entramado. Así pretende resolver bloqueos del chi y restablecer su flujo. Se utiliza comúnmente para el alivio del dolor, aunque también trata una amplia gama de enfermedades. En el tratamiento de endometriosis se suelen localizar los puntos de acupuntura en las orejas, las muñecas, el abdomen, las piernas, pies o espalda, pero depende mucho de los síntomas y molestias de cada persona.

    • Fitoterapia tradicional china: también llamada medicina herbal, aunque además de plantas utiliza elementos de origen mineral y animal. Su combinación dependerá de la complejidad de síntomas y patologías de cada paciente. En mujeres con endometriosis se suele recomendar el dong quai (Angélica china, hierba femenina o ginseng femenino) que previene dolores menstruales y equilibra el sistema hormonal.

    • Tai-chi: es una buena forma de hacer ejercicio. Un arte marcial que nos puede ayudar a cuidar nuestra salud y a mejorar algunas enfermedades. Entre los beneficios que aporta existen ventajas físicas, psicológicas y emocionales, mejorando el bienestar general. En endometriosis puede ayudar al mejorar la respiración de forma profunda y abdominal con lo que se consigue un gran efecto positivo sobre los órganos internos, aumenta la energía y la resistencia, mejora el estrés, la ansiedad, el equilibrio, agilidad y flexibilidad, ejercita la rotación continúa de la cintura y la cadera aportando una gran elasticidad a los músculos abdominales y pélvicos, previene la aparición de dolores lumbares y problemas de columna vertebral, refuerza el sistema inmune, reduce el dolor en las articulaciones y ayuda al descanso.

  • Fitoterapia: es un tratamiento médico de algunas

enfermedades basado en el empleo de plantas

y sustancias vegetales.

En endometriosis se utilizan hierbas medicinales

con un efecto regulador sobre las hormonas como

el pie de león, el árbol casto o la kwao krua, y aquellas

con efecto analgésico y antiinflamatorio, por ejemplo

argentina, melissa o milenrama. También la hoja de

frambuesa en infusión, por ser un potente antioxidante

que refuerza el sistema inmune.

  • Homeopatía: la filosofía de la homeopatía es tratar al individuo y no a la enfermedad. Por tanto es evidente que no haya un remedio homeopático específico para la endometriosis, sino que éste se elegirá para cada paciente en particular. Los remedios homeopáticos se aplican en forma de comprimidos, bolitas de azúcar o gotas y no se administran enfocando únicamente los síntomas, sino un conjunto de elementos diagnósticos que ayudarán a un tratamiento más individualizado. Suelen usarse en endometriosis o en problemas relacionados con la menstruación y la inflamación el grosellero negro, frambueso, cola de caballo, pensamiento salvaje, alquilea o perlas de aceite de onagra, entre otros compuestos homeopáticos.

  • Osteopatía: son una serie de técnicas de manipulación manual suave incluyendo manipulaciones articulares, movilización muscular, aplicación de presión en diferentes puntos,…para combatir adherencias surgidas a raíz de intervenciones quirúrgicas o de la propia enfermedad. También puede ser efectivo para combatir el dolor menstrual e incluso el cansancio generalizado. Están orientadas a aliviar el dolor, restaurar funciones y promover la salud y el bienestar. En endometriosis se aplican técnicas manipulativas suaves, externas e internas (vaginal y rectal), para relajar los ligamentos que aguantan los órganos reproductores y aliviar la presión de los mismos.

  • Aromaterapia: La aromaterapia, más que tratar la enfermedad en sí, es capaz de contribuir a la relajación, el equilibrio emocional y la mejora del bienestar general, lo que a la vez puede aliviar dolores, estimular el sistema inmune y, no por último menos importante, ejercer un efecto muy positivo sobre el bienestar psíquico. Aceite de amaro, salvia romana o salvia esclarea, de bergamota, de ciprés, de estragón, de geranio o de jazmín son algunos de los más recomendables por sus efectos calmantes, antiinflamatorios y relajantes.

  • Sales de Schüssler: también llamadas sales bioquímicas, son una serie de 12 sales minerales que se someten a un proceso de dilución similar al utilizado para los remedios homeopáticos, y se toman en forma de comprimidos. Tienen efectos sobre el dolor pélvico crónico, equilibran el ciclo menstrual , previenen los cólicos menstruales o cólicos intestinales agudos, entre otros. Para tratar la endometriosis se suelen recomendar las siguientes:

    • Sal nº 2 - Calcium Phosphoricum (fosfato de calcio)

    • Sal nº 4 - Kalium Chloratum (cloruro de potasio)

    • Sal nº 7 - Magnesium Phosphoricum (fosfato de magnesio)

    • Sal nº 25 - Aurum Chloratum Natronatum (cloruro de sodio/oro)

  • Terapias de relajación / meditación: citaremos algunas de las más utilizadas y sus beneficios.

    • Yoga: es una disciplina ancestral procedente de la India enfocada al equilibrio entre el cuerpo, la mente y la respiración. Incluye: posturas de yoga (asanas), técnicas de respiración (pranayama) y meditación. Los beneficios del yoga se manifiestan en el plano físico, mental y emocional. Entre otras ventajas esta práctica aporta buena condición física, aumenta la flexibilidad y mejora la postura, oxigena y masajea los órganos internos, ayuda a mantener un control del peso, mejora la inmunidad y las relaciones con el entorno, alivia tensiones y rebaja el estrés fomentando la paz interior, entre otras ventajas.

    • Reiki: es una terapia milenaria de origen japonés. Se basa en el ki, una fuerza vital. Su traducción significa "energía universal". Canaliza a través de las manos una poderosa fuente de vibración externa hacia uno mismo o hacia otras personas para curar enfermedades físicas o sanar emociones. Genera bienestar general; alivia el estrés y la ansiedad; fomenta la autosanación (de enfermedades, emociones y dolores); rebaja las migrañas, depresión, dolores menstruales y estreñimiento; prepara a la persona mental y físicamente para una intervención quirúrgica, antes y después de la misma; mejora el funcionamiento de células, tejidos y órganos.

    • Mindfulness: trata sobre la atención plena. Permite centrarse en el momento presente de una manera activa, siendo conscientes de la experiencia que estamos viviendo dentro o fuera de nosotros, tal y como es, sin juzgar ni intervenir. Esta práctica de origen en el budismo Zen cuenta con más de 2.500 años de antigüedad, sin embargo en Occidente no aparece hasta hace unos treinta años. Genera beneficios ante el estrés o el dolor crónico, por lo que en la actualidad se incorpora como parte de la psicoterapia. Consigue mayor sensación de felicidad, alivia los síntomas y el dolor, genera autoaceptación y rebaja el estrés.

  • Musicoterapia: es una técnica terapéutica que utiliza la música en todas sus formas con participación activa o receptiva por parte del paciente. Se utiliza como rama de medicina recuperativa, con efectos fisiológicos, afectivos y mentales, contribuyendo a un equilibrio psicofísico de las personas. Aporta el poder conectar con nuestras emociones, relajación y sensación de bienestar. Además potencia la creatividad, desarrollar destrezas motoras y cognitivas, refuerza la autoestima y eleva el tono vital.

NUTRICIÓN Y ENDOMETRIOSIS:

La endometriosis requiere un tratamiento integral para estabilizar sus síntomas y evitar su agravamiento. Entre ellos, la nutrición juega un papel muy importante, ya no sólo como un elemento clave en los hábitos saludables de cada individuo, previniendo o mejorando enfermedades, sino también como un elemento que mejora notablemente síntomas (como el dolor, inflamación o problemas digestivos), funcionando como regulador de hormonas, eliminando toxinas, controlando el peso, reforzando el sistema inmune o ayudando a mejorar la infertilidad.

Debemos apuntar que cada persona responde de una manera distinta a determinados nutrientes y tipos de dieta, pues tiene necesidades diferentes dependiendo de su actividad, edad, peso o altura, entre otros, por lo que no existe una dieta milagro o recomendaciones 100% efectivas en todos los casos.

Lo cierto es que la alimentación saludable y la dieta llamada "anti-endometriosis" nos habla de determinados alimentos o nutrientes que realizan reacciones químicas en nuestro organismo que nos empeoran o agravan los síntomas y otros alimentos que nos pueden ayudar a ir recuperando nuestra calidad de vida. Tanto es así, que algunas mujeres que siguen estas recomendaciones pueden llevar una vida notablemente mejor e incluso han dejado de recibir tratamientos hormonales o fármacos para tratar el dolor. Esto no ocurre en todos los casos, pero nos lleva a entender que existe una relación directa entre endometriosis y nutrición.

También se deberán tener en cuenta las alergIas e intolerancias de la paciente, como funciona su metabolismo o si existe exceso de grasa en su organismo. Ésto es importante, ya que la endometriosis es una enfermedad que depende de los estrógenos y estas hormonas se sintetizan con la grasa, lo que significa que a más grasa, más estrógenos y más posibilidad de activación de la enfermedad. Estas hormonas también deben de ser evitadas en nuestra dieta, ya que existen muchos alimentos que las contienen, como las carnes rojas, la leche de vaca o la soja.

  • Alimentos y suplementos recomendados en endometriosis:

    • Ricos en fibra: favorece el tránsito intestinal, elimina los deshechos y el exceso de estrógenos. Esencialmente, se encuentra en los vegetales (mejor crudos y de hoja verde oscuro) y frutas (ricas en antioxidantes y resveratrol como la uva, el arándano, cerezas, y también la papaya o el kiwi). Cuanto más ecológicas sean, mayor beneficio para la salud. Las legumbres (lentejas, guisantes) y los alimentos integrales (como cereales integrales, preferiblemente sin gluten) son también un buen aporte. Se debe evitar el abuso de fibra, ya que su exceso puede causar estreñimiento por absorber gran cantidad de agua en el intestino.

    • Ácidos grasos Omega-3: mejoran el sistema inmune y rebajan la inflamación, produciendo prostaglandinas de serie 1 y 3 (beneficiosas). Se pueden encontrar en alimentos como el pescado azul (salmón, sardinas, caballa), aceites (de oliva virgen o de coco biológico), frutos secos (nueces, avellanas, pistachos), semillas (calabaza, lino) o en verduras de hoja verde oscuro (brócoli, espinacas, acelgas, col).

    • Probióticos: equilibran la flora intestinal manteniendo fuerte el sistema inmunitario, ya que el 80% de nuestras defensas se encuentran en el tracto intestinal. También previenen infecciones de hongos (del tipo cándida). Son el yogur, kéfir, chucrut, micro algas, sopa de miso o tempeh.

    • Especias y semillas: algunas especias como la cúrcuma o el jengibre ayudan a conseguir un potente efecto antiinflamatorio. También pueden ser beneficiosas las semillas de chía, lino o calabaza.

  • Alimentos y suplementos que se deben evitar con endometriosis:

    • Productos lácteos: Contienen altos niveles de estrógenos y aumentan las prostaglandinas serie 2, produciendo que aumente la inflamación. Además la caseína (proteína de la leche) y la lactosa (azúcar de la leche) pueden causar intolerancias o alergías graves. Entre los lácteos se encuentran la leche, quesos, mantequilla o nata, entre otros productos. Se pueden sustituir por leches vegetales, exceptuando la de soja, que contiene un alto nivel de fitoestrógenos no recomendable.

    • Carnes y huevos: en especial las carnes rojas, embutidos o vísceras. Los huevos pueden ingerirse de manera moderada, por contener dioxinas y gran cantidad de grasa en su yema. Son más recomendables los de procedencia ecológica.

    • Grasas saturadas, trans o hidrogenadas: todas ellas producen prostaglandinas de serie 2 , perjudiciales por causar inflamación y los dolores menstruales propios de la endometriosis. Se encuentran en alimentos fritos, margarinas, productos elaborados, bollería industrial, aceites animales, etc. Tampoco son recomendables los aceites de girasol, maíz o soja.

    • Azúcar, miel e hidratos de carbono refinados: el azúcar refinado aumenta la secreción de prostaglandinas serie 2, aumentando el proceso inflamatorio por producir un exceso de insulina. También las harinas refinadas, que están presentes en el pan, pastas, galletas, rebozados, productos de pastelería, repostería y bollería, entre otros muchos. Respecto a la miel, lo más aconsejable es que sea orgánica.

    • Cafeína y teína: aumentan la inflamación y el nivel de estrógenos. Se encuentran en el café, cacao, suplementos para perder peso y mejorar el rendimiento deportivo, el té (exceptuando el té verde, que si ofrece beneficios), refrescos, bebidas energéticas o helados.

    • Alimentos con gluten: existen varios estudios que relacionan la endometriosis con la celiaquía o la intolerancia al gluten no celiaca. El consumir alimentos como el trigo, que contienen esta sustancia, hace que se produzca una respuesta inflamatoria en nuestro sistema digestivo y pueda provocar enfermedad inflamatoria crónica. Para evitarlo, se pueden consumir cereales que no contengan gluten como el arroz, centeno, la espelta, el maíz, la quínoa o trigo sarraceno.

    • Alimentos procesados: por contener más aditivos. Muchos de ellos suelen envasarse enlatados o en conserva.

    • Alimentos con histamina: la histamina es un alérgeno que estimula la liberación de anticuerpos. Se libera cuando sufrimos de estrés o alergia y se encuentra presente en algunos alimentos como quesos, berenjena, alcohol, pescado ahumado, alimentos fermentados, vinagres o carnes procesadas.

    • Alcohol: éste consume vitamina B y perjudica la función del hígado, que ayuda a eliminar los niveles altos de estrógenos del organismo.

    • Isoflavonas: Estrógeno vegetal que puede elevar los niveles de estrógenos en humanos y, por tanto, activar la endometriosis.

  • Magnesio: evita los calambres menstruales y ayuda a prevenir el estreñimiento.

  • Zinc: favorece al sistema inmune y al estado emocional. Ayuda  la creación de células, favoreciendo la curación de tejidos.

  • Calcio: ayuda a reforzar los huesos y dientes y previene la osteoporosis en etapas como la menopausia. Elimina el exceso de estrógeno. Su déficit provoca calambres, dolor pélvico y de cabeza.

  • Hierro: su déficit provoca anemia que causa cansancio, debilidad y depresión.

  • Vitaminas de complejo B: mejoran el estado de ánimo. Ayudan al metabolismo de proteínas, grasas e hidratos de carbono.

  • Vitaminas A, C y E: favorecen al sistema inmunitario.

  • Vitamina D: ayuda a la fijación del calcio. Su déficit provoca procesos inflamatorios.

  • Selenio: junto con la vitamina E, rebaja la inflamación y fortalece el sistema inmune.

EJERCICIO Y ENDOMETRIOSIS:

El ejercicio físico practicado de forma habitual es altamente recomendable para la salud, tanto física, como psicológica por varias razones. Entre ellas están:

  • Genera endorfinas: esta sustancia se segrega desde nuestra hipófisis, en el cerebro, y son proteínas que actúan como neurotransmisores del bienestar y el placer. Nos ayudan a aliviar el dolor, el malestar y a tener una sensación de felicidad. Se generan con el ejercicio practicado de forma habitual, realizando ejercicios de relajación (como el yoga o el tai-chi), escuchando música, estando en contacto con la naturaleza o riendo.

  • Reduce la sensación de agresividad, el estrés y la ansiedad.

  • Mejora la forma y resistencia física: aumenta el tono y la fuerza muscular, aumenta la flexibilidad y reduce la sensación de fatiga.

  • Regula la presión arterial, mejora la circulación, mantiene la densidad de los huesos (preveniendo la osteoporosis y la osteoartritis) y mejora el ritmo cardíaco y de la respiración.

  • Mejora la resistencia a la insulina y rebaja el nivel de estrógenos en nuestro organismo. Ésto es muy importante en afectadas de endometriosis, ya que la endometriosis es una enfermedad hormonodependiente y el nivel elevado de estrógenos puede activar la enfermedad.

  •  Mantiene el peso corporal, aumentando la autoestima, y rebaja la grasa corporal.

  • Mejora el descanso y el dolor de la parte baja de la espalda.

En afectadas de endometriosis la realización de ejercicio físico debe adaptarse a los síntomas y secuelas que se padezcan en cada caso. Existen investigaciones científicas que confirman que la práctica de ejercicio habitualmente desde la infancia ayuda a la prevención de la endometriosis.

El tipo de ejercicio y su intensidad (aeróbico, de resistencia) o el tiempo dedicado a practicarlo, deberá ser progresivo, más aún si se han pasado largos períodos de inactividad o reposo debido a cirugías o sus síntomas. Lo más adecuado es consultar con profesionales (entrenadores, fisoterapeutas) para encontrar el ejercicio o modalidad deportiva más adaptada a nuestras necesidades.

En muchos casos se recomienda comenzar con caminatas de al menos 30 minutos al día al aire libre, de manera que también se pueda absorber vitamina D de la luz solar, ya que está vitamina es, entre otras propiedades, esencial para la absorción de calcio (previniendo la osteoporosis causada por algunos tratamientos hormonales o la menopausia). Asimismo, disciplinas como el pilates, yoga o tai-chi aunan el ejercicico y los estiramientos con la meditación y la relajación, y resultan muy convenientes para este tipo de patología.

También es interesante apuntar que, en mujeres con síndromes adherenciales severos o cicatrices recientes, la intensidad de los ejercicios deberá ser menor para no provocar ningún daño o forzar nuestro organismo.

Según algunos estudios la práctica habitual de ejercicio aeróbico alivia los síntomas de la endometriosis y reduce los niveles de estrógeno, lo que retrasa el crecimiento del tejido endometrial en otras zonas fuera del útero.

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