PROBLEMAS DIGESTIVOS:

En endometriosis son típicos los síntomas digestivos, tales como vómitos, diarreas, estreñimiento, distensión abdominal, pérdida de apetito o disquecia (dolor al defecar). Esto se puede deber a una cuestión secundaria al dolor intenso y la inflamación, aumentando de intensidad durante la menstruación. También a la aparición de implantes endometriósicos en el tubo digestivo, más comunes en el colon sigmoide o recto, apéndice, zona del ciego (parte inicial del colon), colon transverso o en el íleon (intestino delgado). Asimismo, debido a las adherencias abdominales que se fijan a los órganos pélvicos y pueden provocar dolor o impedir su normal funcionamiento.

En casos más graves puede conllevar otros signos como:

• Rectorragias (sangrado rectal)

• Perforación de la mucosa (sobre todo a nivel intestinal)

• Oclusiones u obstrucciones intestinales

• Dolor intenso a lo largo del tracto digestivo

En ocasiones, estos síntomas de endometriosis intestinal se pueden confundir con los de otras patologías como el Síndrome de Intestino Irritable (o colon irritable), enfermedad de Crohn o, en casos de sangrado rectal, cáncer de colon.

Por todo ello, es imprescindible una buena atención especializada para hallar cuanto antes el diagnóstico correcto.

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ADHERENCIAS PÉLVICAS:

Las adherencias son bandas de tejido cicatrizal que se van pegando a distintos órganos y superficies corporales. Básicamnete, estos tejidos fibrosos se crean tras someterse a cirugía abdominal, pero en pacientes con endometriosis, que padecen inflamación crónica debida a la enfermedad, aumenta el riesgo de que se produzcan y causen distintos síntomas.

 

En mujeres con adherencias pélvicas los principales síntomas son:

• Dolor y cólicos pélvicos

• Tirantez y sensación de punzadas con la movilización del abdomen

• Inflamación y/o distensión abdominal

• Vómitos, naúseas y estreñimiento

• Incapacidad de eliminar gases

• Problemas de fertilidad

• Suboclusión u obstrucción intestinal

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Una vez se forman, las adherencias pueden tener un tejido más laxo (distendido) o volverse más consistentes y fijas, lo que puede provocar que los síntomas se agudicen y comiencen a producir fallos en algún órgano o sistema corporal. Esto ocurre cuando afectan a intestinos, uréteres, ovarios o trompas, entre otros.

En estos casos más severos puede tratarse a la paciente con cirugía, para intentar despegar y liberar las zonas y órganos afectados.

Es conveniente advertir que existe más posibilidad de que se desarrollen cada vez que se realicen operaciones. Por ello, existen fármacos recomendados para intentar paliar estos efectos contraproducentes para la salud y, en caso de cirugía, evitar que los tejidos vuelvan a adherirse unos a otros.

Existen también tratamientos y terapias alternativas que, mediante la correcta movilización o técnicas de fisioterapia, evitan que éstas se fijen y reduzcan la movilidad. A su vez, es conveniente controlar la alimentación e incluir en la dieta tisanas o infusiones antiespasmódicas, sobre todo si se padecen síntomas digestivos.

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