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EJERCICIO EN ENDOMETRIOSIS:

EJERCICIO Y ENDOMETRIOSIS:

El ejercicio físico practicado de forma habitual es altamente recomendable para la salud, tanto física, como psicológica por varias razones. Entre ellas están:

  • Genera endorfinas: esta sustancia se segrega desde nuestra hipófisis, en el cerebro, y son proteínas que actúan como neurotransmisores del bienestar y el placer. Nos ayudan a aliviar el dolor, el malestar y a tener una sensación de felicidad. Se generan con el ejercicio practicado de forma habitual, realizando ejercicios de relajación (como el yoga o el tai-chi), escuchando música, estando en contacto con la naturaleza o riendo.

  • Reduce la sensación de agresividad, el estrés y la ansiedad.

  • Mejora la forma y resistencia física: aumenta el tono y la fuerza muscular, aumenta la flexibilidad y reduce la sensación de fatiga.

  • Regula la presión arterial, mejora la circulación, mantiene la densidad de los huesos (preveniendo la osteoporosis y la osteoartritis) y mejora el ritmo cardíaco y de la respiración.

  • Mejora la resistencia a la insulina y rebaja el nivel de estrógenos en nuestro organismo. Ésto es muy importante en afectadas de endometriosis, ya que la endometriosis es una enfermedad hormonodependiente y el nivel elevado de estrógenos puede activar la enfermedad.

  •  Mantiene el peso corporal, aumentando la autoestima, y rebaja la grasa corporal.

  • Mejora el descanso y el dolor de la parte baja de la espalda.

En afectadas de endometriosis la realización de ejercicio físico debe adaptarse a los síntomas y secuelas que se padezcan en cada caso. Existen investigaciones científicas que confirman que la práctica de ejercicio habitualmente desde la infancia ayuda a la prevención de la endometriosis.

El tipo de ejercicio y su intensidad (aeróbico, de resistencia) o el tiempo dedicado a practicarlo, deberá ser progresivo, más aún si se han pasado largos períodos de inactividad o reposo debido a cirugías o sus síntomas. Lo más adecuado es consultar con profesionales (entrenadores, fisoterapeutas) para encontrar el ejercicio o modalidad deportiva más adaptada a nuestras necesidades.

En muchos casos se recomienda comenzar con caminatas de al menos 30 minutos al día al aire libre, de manera que también se pueda absorber vitamina D de la luz solar, ya que está vitamina es, entre otras propiedades, esencial para la absorción de calcio (previniendo la osteoporosis causada por algunos tratamientos hormonales o la menopausia). Asimismo, disciplinas como el pilates, yoga o tai-chi aunan el ejercicico y los estiramientos con la meditación y la relajación, y resultan muy convenientes para este tipo de patología.

También es interesante apuntar que, en mujeres con síndromes adherenciales severos o cicatrices recientes, la intensidad de los ejercicios deberá ser menor, para no provocar ningún daño o forzar nuestro organismo.

Según algunos estudios la práctica habitual de ejercicio aeróbico alivia los síntomas de la endometriosis y reduce los niveles de estrógeno, lo que retrasa el crecimiento del tejido endometrial en otras zonas fuera del útero.

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